Protección internacional de los “contra-discursos” de odio
Módulo 6: Discursos de odio
El “contra-discurso” es una táctica para contrarrestar el discurso de odio o la información falsa, mediante la presentación de narrativas alternativas. En lugar de acudir a censurar este tipo de contenidos, el “contra-discurso” busca que no se acuda al discurso de odio como respuesta, lo cual puede ayudar a la promoción de discusiones democráticas efectivas.(1)
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), los métodos no legales para contrarrestar el discurso de odio son importantes. Una de tales medidas es construir una contra-narrativa mediante la promoción de una mayor alfabetización mediática e informacional como una respuesta más estructural al discurso de odio en línea:
“Dada la creciente exposición de los jóvenes a las redes sociales, la información sobre cómo identificar y reaccionar ante el discurso de odio puede volverse cada vez más importante. Es particularmente importante que se incorporen módulos contra el discurso del odio en aquellos países donde el riesgo real de violencia generalizada es el más alto. También es necesario incluir en tales programas, módulos que reflexionan sobre la identidad, para que los jóvenes reconozcan intentos de manipular sus emociones a favor del odio, y estar empoderados para avanzar su derecho individual a ser dueños de sí mismos de lo que son y de lo que desean llegar a ser”.(2)
Por ejemplo, las Naciones Unidas tiene una Estrategia y plan de acción sobre el discurso de odio, donde se establece que las entidades de la ONU deben implementar medidas para evitar los discursos de odio como represalia al discurso de odio y también para impedir la escalada de la violencia.(3)
Por otro lado, en la Declaración conjunta sobre líderes políticos, personas que ejercen la función pública y la libertad de expresión, se establece que los Estados deben prohibir toda apología al odio que constituya incitación a la discriminación, hostilidad o violencia y deben llevar a cabo actividades, incluyendo la educación y los contra-mensajes, para combatir la intolerancia y promover la inclusión social y el entendimiento intercultural.(4)
Además, en el informe Discurso de odio y la incitación a la violencia contra las personas lesbianas, gays, bisexuales e intersex en América, la CIDH establece que considera necesario enfatizar en que la censura del debate sobre discursos de odio no ataca las desigualdades estructurales y los prejuicios contra las minorías. Por el contrario, lo que debe hacerse en vez de restringir estos discursos es “impulsar mecanismos preventivos y educativos y promover debates más amplios y profundos, como una medida para exponer y combatir los estereotipos negativos”.(5)
Varios gobiernos del continente americano han pasado de mecanismos sancionatorios y censuradores del discurso de odio a la promoción de contra-narrativas como respuesta a estos discursos.(6) De hecho, desde la década de los 90 ha habido una apuesta por los mecanismos no sancionatorios, “en especial por la generación de políticas públicas y la creación de comisiones o comités en el ámbito gubernamental para su seguimiento”.(7) Sin embargo, aún es necesario promover políticas públicas que incentiven las contra-narrativas en vez de la censura y que se fomenten las investigaciones y recolección de información que ayude a comprender este fenómeno y a construir respuestas con base en esa evidencia.(8)